"Según el informe PRESME, elaborado por el grupo de expertos en precariedad laboral y salud mental coordinado por el Ministerio de Trabajo, el 26% de los trastornos mentales comunes de la población española podrían atribuirse a condiciones laborales adversas"
En España, las bajas laborales por problemas de salud mental están creciendo a un ritmo preocupante.
Ansiedad, depresión, burnout y otros trastornos relacionados con el bienestar emocional se han convertido en causas frecuentes de absentismo prolongado. Desde 2020, las bajas motivadas por ese tipo de afecciones han crecido un 72%.
El dato impacta, pero no sorprende. Jornadas interminables, falta de reconocimiento, presión constante o una cultura del «estar siempre disponibles» están pasando factura. Y es precisamente en este escenario donde el departamento de Recursos Humanos tiene un papel crucial.
¿Por qué debería preocuparnos (mucho) el impacto de las bajas por salud mental?
La salud mental no es solo un asunto personal, es una cuestión organizacional que afecta directamente a la sostenibilidad de nuestro negocio:
- Aumenta la carga de trabajo para el resto del equipo, lo que puede provocar un efecto de agotamiento.
- Se pierde información clave, continuidad en los proyectos y eficiencia en los procesos.
- El clima laboral se resiente, generando tensión, frustración y desconfianza.
- La rotación puede dispararse, generando un ciclo constante de selección y formación que cuesta tiempo y dinero.
5 indicativos de que algo no va bien
Estas señales no siempre derivan en una baja inmediata, pero son alertas tempranas que nos pueden estar anunciando un problema de salud mental, que no deberías ignorar:
- Cambios de humor o irritabilidad frecuentes en el equipo: una actitud a la defensiva, reacciones desproporcionadas o conflictos recurrentes pueden ser reflejo de un malestar emocional profundo.
- Empleados que acumulan muchas horas extra: cuando las jornadas se alargan de forma habitual, puede deberse a una sobrecarga, desorganización o dificultad para desconectar.
- Absentismo leve pero recurrente: faltas de un día, llegadas tarde o salidas antes de tiempo pueden ser un mecanismo de escape ante una situación de estrés.
- Aislamiento o desconexión en reuniones: puede reflejar una sensación de no pertenencia, incomodidad o agotamiento emocional.
- Desmotivación o falta de interés: personas que antes eran participativas y ahora se muestran apáticas, silenciosas o desconectadas.
Del síntoma a la raíz: una mirada preventiva
Durante años, muchas empresas han abordado la salud mental solo cuando el problema ya era más que evidente y se reflejaba en: una baja médica, un conflicto interno en el equipo, un aumento en los absentismos o una renuncia que pillaba desprevenida a la empresa.
La respuesta ha sido, en el mejor de los casos, reaccionar: reorganizar el equipo, cubrir la vacante disponible lo más rápido posible o derivar al empleado a un servicio externo.
Pero reaccionar ya no es suficiente.
Porque cuando hemos reaccionado, ya es tarde para esa persona, y seguramente otra persona ya esté viviendo lo mismo en silencio.
La verdadera gestión del bienestar emocional empieza antes. Empieza al observar comportamientos, al escuchar lo que no se dice, al analizar patrones que van más allá de la productividad, y, sobre todo, empieza cuando se entiende que prevenir no es un gasto: es una inversión en salud organizacional.
Prevenir significa construir entornos de trabajo donde las personas no tengan que llegar al límite para que las presten atención.
Porque cuando una empresa actúa desde la prevención, no solo reduce las bajas.
Gana compromiso, confianza y una cultura laboral más sólida.
La salud mental ya no es un tema tabú.
Es una realidad que exige acción, sobre todo por parte de quienes gestionan a los equipos.
Desde RRHH tenemos la oportunidad, y la responsabilidad, de prevenir, detectar y cuidar.
Porque un equipo sano no solo trabaja mejor: también construye empresas más sostenibles y humanas.
¿Y tú, por dónde vas a empezar?
En HRLOG hemos creado una guía práctica para detectar, prevenir y gestionar el impacto de la salud mental en la empresa.
